Anton ID~

Presenta una altura elevada de 1,85 m aproximadamente, lo cual hace que tenga una buena presencia, un muchacho impetuoso y con garbo. Tiene una cabellera rubia, con ciertas hebras de color castaño casi imperceptibles, hasta la altura del hombro y con cierto degradado además de estar ligeramente alborotadas dándole un aspecto tosco. Sus ojos son de un azul intenso como el mar, ciertamente rasgados pero sin tener una apariencia oriental. El semblante que posee es generalmente serio, aunque puede mostrar de vez en cuando una hermosa sonrisa.
En cuanto al resto de su cuerpo, presenta una anatomía atlética. Torso y abdominales debidamente marcados, hombros, espalda anchos en donde se podría notar una marca que lleva desde que es un niño producto de un accidente; bíceps ligeramente notorios a su vez con sus extremidades inferiores. En resumen un cuerpo perfectamente constituido.
A la vista resalta su gusto por las prendas de color azul y el uso de piercings en cada oreja, que siempre tiende a usar. No vestirá algo que no lleve dicho color.

El perfil psicológico de la criatura se ve claramente definido por una actitud seria pero a la vez elocuente, el dominio de palabras es una de sus armas favoritas en el sentido que siempre sabe qué decir para lograr lo que quiere, lo cual es fastidiar a algún tercero o simplemente buscar un momento de diversión. Pedante, ama siempre tener la razón y dará la contraria incluso si está equivocado en alguna decisión; su orgullo es tan grande que odia pedir perdón si vilipendió a alguien, simplemente se hará de la “vista gorda” para evitar sentir culpa.
Suele ser un individuo llevado por sus impulsos, conllevándolo a que suela meterse en problemas; sin embargo, se las arregla para librarse de éstos así sea por muy poco. Tiende a manifestar comportamientos vulgares en la mayoría de veces confundiéndolo como un hombre de bajo mundo, ya que al ser soberbio, cree que el resto debe tener un trato ínfimo. Siempre ha hecho lo que ha querido, toma lo que desea en el momento que se le venga en gana y hasta ahora lo ha conseguido pero espera que exista alguien que pueda enseñarle algo más que un mundo lleno de perturbaciones.
A pesar de ser alguien burdo puede comportarse a la altura de cualquier situación, pues una persona que ama aprender constantemente por más pequeñas que sean, siendo esto lo más resaltante en su carácter. Es de aquellos que dicen lo que piensan de manera directa, transparente en todo el sentido de la palabra y espera que quien quiera conocerlo más a fondo lo sea también. Siempre tiende a dar lo que recibe, es una especie de “filosofía” que tiene y que jamás planea dejar aun cuando puedan existir las excepciones.

Anton, desde que tiene uso de razón, fue huérfano; sin embargo, pudo gozar de su madre hasta la corta edad de los 3 años. Tuvo una vida apartada del resto de muchachos de su edad por no tener la economía suficiente para recibir una instrucción como todo niño por ello, las oscuras y solitarias calles fueron su refugio durante mucho tiempo. Sobrevivía a base de la caridad de las personas, las cuales le brindaban un poco de alimento y alguna que otra prenda vetusta para cubrir parte de su cuerpo.

El tiempo pasó y el ya muchacho decidió salir del “hogar” en donde pasó parte de su infancia para abrirse campo a un mundo en donde buscaría un estilo de vida diferente. Camino a sus sueños se topó con un solitario hombre, el cual habitaba en una remota montaña. Con el tiempo ambos llegaron a tener una relación maestro-discípulo ya que aquel individuo nutrió de toda clase de conocimientos a los muchachos, tanto académicos como deportivos llegando a ser un gran competidor.

Años se añadieron al zagal y cuando éste ya era mayor decidió partir en busca de nuevos objetivos; no obstante, fue embaucado por unos ladrones terminando en un dichoso “mercado negro” de donde espera salir muy pronto.